La violencia armada es una mancha indeleble en el historial de derechos humanos de Estados Unidos

來源： 原創稿

Por Zhong Sheng

La violencia armada es uno de los problemas sociales más agudos en Estados Unidos.

De acuerdo a los últimos datos de Gun Violence Archive (GVA), un grupo estadounidense sin fines de lucro, en lo que va del año se han verificado 72 tiroteos masivos en Estados Unidos.

Los frecuentes tiroteos han violado gravemente el derecho de las personas a la vida, dejando una mancha indeleble en el historial de derechos humanos de ese país.

Estados Unidos es el país con más armas de fuego en poder de civiles. En 2017, alrededor de 393.3 millones de armas eran de propiedad privada, lo que significa 120.5 armas de fuego por cada 100 personas. Es por ello por lo que Estados Unidos ocupa el primer lugar en el mundo en términos de posesión individual de armas y el número de armas per cápita.

Un estudio revela que Estados Unidos se encuentra en medio de un auge masivo de compra de armas que no muestra signos de disminuir. De 2000 a 2020, la producción anual de armas de fuego en el país casi se triplicó, con un aumento dramático en los últimos tres años.

De acuerdo a la Fundación Nacional de Deportes de Tiro de Estados Unidos, en el 2020 el país realizó 21 millones de verificaciones de antecedentes para la compra de armas, superando el récord anterior de 5.3 millones (2016).

Los problemas sociales como la creciente brecha de riqueza, la grave discriminación racial, así como los frecuentes saqueos y disturbios han agravado la inseguridad social, lo que ha llevado a más compras de armas para la autodefensa.

La propiedad individual de una gran cantidad de armas ha desencadenado una violencia incesante, poniendo en mayor riesgo la seguridad social en Estados Unidos.

Las estadísticas de GVA indican que en el 2022 la violencia armada ha causado 44,309 muertes en Estados Unidos. En los últimos años, el número de tiroteos masivos, o incidentes de violencia armada en los que cuatro o más personas resultan heridas o muertas, ha crecido sin precedentes.

GVA enumeró que, desde el 2013 tanto los tiroteos masivos como las muertes en Estados Unidos se han cuadruplicado. Desde 2020 más de 600 tiroteos masivos ocurrieron en el país cada año, y el número incluso llegó a 692 en 2021.

Los tiroteos frecuentes han sumergido a los estadounidenses en un miedo perpetuo. Una encuesta realizada por la Asociación Americana de Psicología demuestra que un tercio de los adultos estadounidenses sienten que no pueden ir a ninguna parte sin preocuparse por ser víctimas de un tiroteo masivo, y casi una cuarta parte de ellos admiten que han cambiado su comportamiento debido al miedo a los tiroteos masivos.

Un artículo publicado en un medio de comunicación estadounidense señaló que "no hay espacios seguros contra las armas" en el país.

"La violencia armada es la forma de vida y muerte de Estados Unidos", asegura otro artículo.

Un disparo tras otro ha destrozado el sueño americano de que todos los hombres están dotados de los derechos inalienables a la vida y a la libertad, pero el gobierno de los Estados Unidos es incapaz de hacer algo al respecto.

La segunda enmienda a la Constitución de Estados Unidos establece el derecho de las personas a poseer y portar armas. En los últimos años, a medida que los temas relacionados con las armas se han vuelto cada vez más prominentes, los defensores de las armas y el control han participado en acalorados debates sobre la interpretación de la segunda enmienda. Tales debates han resultado en esfuerzos estancados en la legislación sobre el control de armas.

Los gobiernos estatales y locales de Estados Unidos han emprendido varios intentos de introducir una legislación sobre el control de armas, pero todos estos esfuerzos terminaron en abundantes palabras, poca acción o en un cambio de rumbo.

El año pasado, la Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo que anuló una ley del estado de Nueva York que restringe portar armas de fuegos ocultas en zonas públicas. Esto socavó directamente la capacidad de los gobiernos estatales y locales para monitorear las armas de fuego en Nueva York, California, Hawai, Maryland, Massachusetts y Nueva Jersey, entre otros.

Es indudablemente cierto que, en ausencia de leyes de armas más efectivas a nivel nacional, hay pocas perspectivas de prevenir más muertes masivas por armas de fuego, resalta un artículo en The New Yorker.

La violencia armada pone al descubierto el declive de la capacidad del gobierno de Estados Unidos. Dado un sistema político en el que diferentes lados se retienen mutuamente, un ecosistema político cada vez más polarizado, grupos de interés generalizados y discriminación racial inerradicable, el control de armas en Estados Unidos yace en un punto muerto, y una prohibición total de las armas es casi una misión imposible.

La forma en que se diseña y opera el sistema político de Estados Unidos constituye la causa fundamental del control ineficaz de las armas. La intensidad del control de armas varía entre los diferentes estados, lo que hace cada vez más difícil regular las armas y lograr una aplicación interestatal.

Por otra parte, las posiciones de demócratas y republicanos sobre el control de armas están cada vez más polarizadas. Como resultado, es aún más difícil para cualquiera de las partes comprometerse.

La política grupal y la política electoral en Estados Unidos han proporcionado canales legalizados para que los grupos de armas lleven a cabo políticas monetarias e influyan en la postura de los miembros del Congreso sobre las armas.

Los problemas anteriores han llevado al resultado de que el gobierno de los Estados Unidos ha hecho poco o nada en el control de armas durante mucho tiempo, y a una creciente conciencia entre el público de que "la violencia armada es la plaga interminable de Estados Unidos".

El derecho a la vida es el mayor derecho humano. Durante mucho tiempo, algunos políticos estadounidenses han tratado con indiferencia el derecho a la vida del pueblo estadounidense, mientras señalan con el dedo las condiciones de derechos humanos en otros países, exponiendo su hipocresía y pensamiento hegemónico.

Lo más importante que tienen que hacer es enfrentar y abordar sus propios problemas, y lograr que el pueblo estadounidense disfrute de una verdadera libertad que no padezca por la violencia armada.

(Zhong Sheng es un seudónimo utilizado por el Diario del Pueblo para expresar sus puntos de vista sobre política exterior y asuntos internacionales)