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宮殿的寓言|博爾赫斯

宮殿的寓言|博爾赫斯

∞《作者》, 1960

El Hacedor

宮殿的寓言[1]

那天,黃帝領詩人參觀他的宮殿。他們漸漸地抛開了西面以長列呈現的頭一排露台,它們像一座近乎無邊無際的露天劇場的階梯一樣,傾向一座天堂或是花園,裡面的金屬鏡子和錯雜的杜松籬笆已預示了迷宮。他們愉快地迷失于其間,開始仿佛是屈尊玩一個遊戲,之後則不無焦慮,因為它的條條直道受制于一種十分細微但卻是持續的曲率,隐秘地繞成了若幹個圓形。直到午夜,靠着觀察星辰與适時獻祭了一隻烏龜他們才得以從那似乎是着了魔的區域裡脫身,但那種迷失的感覺卻怎麼也擺脫不了,一直陪伴他們到最後。

他們繼而穿過前廊與庭院與藏書樓,以及一座有一架銅壺滴漏的六角形殿堂,一天早晨他們還從一座塔上望見了一個石人,之後它卻永遠地消失了。他們乘着檀木的小舟橫渡了許多條閃亮的河,或是許多次渡過了單單一條河。帝國衛隊經過時衆人都屈身扣拜,但有一天他們來到一座島上卻有人不依此行事,因為從沒見過天子,于是劊子手隻得将他斬首。他們看着黑色的發髻與黑色的舞蹈與迷亂的黃金面具,眼中唯有漠然;真實的與夢想的事物混為一談,或更好的說法是,真實事物就是夢的衆多形态之一。仿佛塵世不可能是花園、水、建築與璀璨的形體以外的事物。每一百步有一座高塔劃破天際;一眼看去顔色都是一樣的,但第一座塔是黃色,最後一座卻是鮮紅,漸變是那麼細微而那序列又是那麼長。

是在最後第二座塔腳下,詩人(像是對衆所驚歎的奇景無動于衷)吟誦了那首短短的詩篇,如今我們将它與他的名字不可分割地聯系在一起,而據更高雅的史家的一再重申,它也帶給了他不朽與死亡。原文已佚;有人主張它由一句詩構成;也有人說隻有一個詞。确切的,不可思議的是,在這首詩裡完整而細緻入微地容納了這座巨大的宮殿,連同每一件尊貴的瓷器和每一件瓷器上的每一個圖案和晨昏的幽暝與光華,以及從無盡的往昔開始就居住于其間的凡人、神明與龍的榮耀朝代的每一個幸與不幸的瞬間。所有人都沉默不語,但皇帝驚呼道:你搶走了我的宮殿!于是劊子手的鐵劍便要了詩人的命。

另有人用另一種方式講述了那故事。世上不可能有兩件相同的事物;隻要(據他們講)詩人念出那首詩就足以讓宮殿消失,仿佛被最後的音節所廢除與焚毀了。這樣的傳說,顯然,無非是文學的虛構而已。詩人生為皇帝的奴隸,死亦如此;他的詩篇滑入了遺忘之中因為它該當被遺忘,而他的後代仍在尋找,而不會找到,那個歸結了宇宙的詞。

譯注:

[1] 本篇在2012年版《博爾赫斯詩歌總集》中被删除。

在這首詩裡完整而細緻入微地容納了這座巨大的宮殿,連同每一件尊貴的瓷器和每一件瓷器上的每一個圖案和晨昏的幽暝與光華,以及從無盡的往昔開始就居住于其間的凡人、神明與龍的榮耀朝代的每一個幸與不幸的瞬間。

——博爾赫斯|陳東飚 譯

—Reading and Rereading—

Parábola del palacio

Aquel día, el Emperador Amarillo mostró su palacio al poeta. Fueron dejando atrás, en largo desfile, las primeras terrazas occidentales que, como gradas de un casi inabarcable anfiteatro, declinan hacia un paraíso o jardín cuyos espejos de metal y cuyos intrincados cercos de enebro prefiguraban ya el laberinto. Alegremente se perdieron en él, al principio como si condescendieran a un juego y después no sin inquietud, porque sus rectas avenidas adolecían de una curvatura muy suave pero continua y secretamente eran círculos. Hacia la medianoche, la observación de los planetas y el oportuno sacrificio de una tortuga les permitieron desligarse de esa región que parecía hechizada, pero no del sentimiento de estar perdidos, que los acompa ó hasta el fin. Antecámaras y patios y bibliotecas recorrieron después y una sala hexagonal con una clepsidra, una ma ana divisaron desde una torre un hombre de piedra, que luego se les perdió para siempre. Muchos resplandecientes ríos atravesaron en canoas de sándalo, o un solo río muchas veces. Pasaba el séquito imperial y la gente se prosternaba, pero un día arribaron a una isla en que alguno no lo hizo, por no haber visto nunca al Hijo del Cielo, y el verdugo tuvo que decapitarlo. Negras cabelleras y negras danzas y complicadas máscaras de oro vieron con indiferencia sus ojos; lo real se confundía con lo so ado o, mejor dicho, lo real era una de las configuraciones del sue o. Parecía imposible que la tierra fuera otra cosa que jardines, aguas, arquitecturas y formas de esplendor. Cada cien pasos una torre cortaba el aire; para los ojos el color era idéntico, pero la primera de todas era amarilla y la última escarlata, tan delicadas eran las gradaciones y tan larga la serie.

Al pie de la penúltima torre fue que el poeta (que estaba como ajeno a los espectáculos que eran maravilla de todos) recitó la breve composición que hoy vinculamos indisolublemente a su nombre y que, según repiten los historiadores más elegantes, le deparó la inmortalidad y la muerte. El texto se ha perdido; hay quien entiende que constaba de un verso; otros, de una sola palabra. Lo cierto, lo increíble, es que en el poema estaba entero y minucioso el palacio enorme, con cada ilustre porcelana y cada dibujo en cada porcelana y las penumbras y las luces de los crepúsculos y cada instante desdichado o feliz de las gloriosas dinastías de mortales, de dioses y de dragones que habitaron en él desde el interminable pasado. Todos callaron, pero el Emperador exclamó: Me has arrebatado el palacio! y la espada de hierro del verdugo segó la vida del poeta.

Otros refieren de otro modo la historia. En el mundo no puede haber dos cosas iguales; bastó (nos dicen) que el poeta pronunciara el poema para que desapareciera el palacio, como abolido y fulminado por la última sílaba. Tales leyendas, claro está, no pasan de ser ficciones literarias. El poeta era esclavo del Emperador y murió como tal; su composición cayó en el olvido porque merecía el olvido y sus descendientes buscan aún, y no encontrarán, la palabra del universo.

陳東飚 翻譯及其他

題圖:博爾赫斯

PepperHiggins

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